- Lentes rígidas: son pequeñas y rígidas, y corrigen tanto miopías, hipermetropías y astigmatismos de hasta 3 dioptrías aproximadamente. Por su tamaño se colocan y retiran fácilmente de la superficie de la córnea, aunque el período de adaptación es prolongado ya que, por ser rígidas, constituyen un cuerpo extraño al que el ojo debe habituarse. Además, a pesar de que requieren de menor cuidado y limpieza que las lentes blandas o semirrígidas, es necesario un aseo cuidadoso y una desinfección periódica. Las lentillas rígidas no son permeables al oxígeno, por lo que no permiten que el ojo se oxigene adecuadamente. Con estas lentes de contacto, el ojo debe “respirar” entre parpadeo y parpadeo a través del movimiento de la lentilla, pero esto no suele ser suficiente, por este motivo, las lentillas rígidas no pueden utilizarse durante períodos de tiempo prolongados y es muy importante quitárselas para dormir. Asimismo cuando uno empieza a utilizarlas y no está acostumbrado, es muy importante incrementar su uso poco a poco. El primer día no debería utilizarlas por un tiempo superior a las 2 ó 3 horas. A partir de ahí, puede ir aumentando su uso diario hasta llegar a las 12 ó 14 horas seguidas. Estas lentillas suelen ser las más caras debido a su extensa duración, ya que pueden durar más de 2 ó 3 años. Además son ideales para aquellas personas con poca constancia para limpiar y cuidar las lentes y para aquellas que sufren reacciones adversas a los componentes de las lentillas blandas o semirrígidas. Aunque actualmente no se suelen recomendar este tipo de lentillas ya que es más fácil acostumbrarse a las lentes de contacto semirrígidas o blandas, que además son mejores para los ojos.
- Lentillas semirrígidas o lentillas rígidas permeables al gas: al igual que las lentes rígidas están fabricadas con un material de plástico transparente que se llama polimetilmetacrilato (PMMA) y además incluyen silicona para hacerlas más flexibles y así permitir que el ojo pueda oxigenar mejor, problema que presentaban las lentes rígidas. Presentan la desventaja de ser menos duraderas que las lentillas rígidas (duran entre un año y medio y dos años) y debido a sus componentes, es más fácil que se ensucien y que se les adhiera suciedad y bacterias. Por lo que, suelen necesitar más cuidado e higiene que las rígidas clásicas, por ello no se recomiendan a aquellas personas que trabajan en lugares donde haya mucho polvo o partículas que puedan adherirse a las lentillas. Además las lentillas semirrígidas son ideales para aquellas personas que tienen poca producción de lágrimas, personas con predisposición a la aparición de conjuntivitis y otras complicaciones ocasionadas por los componentes de las lentes blandas.
- Lentillas blandas: suelen ser las más cómodas para el ojo, lo que permite que la adaptación del ojo a la lente sea mucho más rápida. Están compuestas de plástico hidrofílico, por lo que pueden absorber agua y otras sustancias líquidas y por ello la lente puede proveer al ojo de la humedad y otros productos que necesita que eviten la irritación y las infecciones además de que se pueden llevar puestas más horas seguidas ya que mantienen el ojo húmedo y oxigenado. Además las lentes blandas se mantienen flexibles durante más tiempo y son mucho más cómodas. Estas son especialmente apropiadas para aquellas personas que pasan mucho tiempo fuera de su casa o que viajan constantemente ya que pueden utilizarlas durante un periodo de tiempo mucho mayor y para aquellas personas que empiezan a utilizar lentes de contacto. Dependiendo de la marca y algunas características especiales, las lentillas blandas suelen durar entre 6 meses y 1 año y requieren un mayor cuidado e higiene además de ser más baratas que las lentes rígidas o semirrígidas. Las lentes de contacto blandas no deben de utilizarse para nadar ni sumergirlas en ningún líquido que no sea el específico para su uso y limpieza. Esto es de suma importancia ya que debido a su capacidad para absorber líquidos, podría absorber productos químicos que sean perjudiciales e irritantes para los ojos. Muchas personas no pueden utilizar lentillas blandas y necesitan usar lentes de contacto semirrígidas ya que algunos de los componentes de las lentes de contacto blandas pueden provocarles reacciones adversas en los ojos como la conjuntivitis.
- Lentillas desechables: al ser lentes blandas, son permeables y absorben agua, por lo que el ojo puede recibir la oxigenación que necesita. Casi no requieren adaptación y por su forma y sus componentes se adaptan más fácilmente al ojo sin resultar incómodas. Según la vida útil que tengan requerirán o no de cuidados especiales y limpieza aunque algunas lentillas están diseñadas para usarlas y tirarlas por lo que no se hace necesario limpiarlas. Dependiendo de la marca y otras características pueden durar entre 1 semana y 3 meses. Las lentillas desechables suelen ser las más baratas, pero a la larga se termina invirtiendo más dinero por la constante necesidad de reposición. Son ideales para aquellas personas que pasan muchas horas al día fijando la vista en un monitor, para las que necesitan tenerlas puestas durante largos períodos de tiempo o para los deportistas o personas con constante actividad, sin embargo no se recomiendan a aquellas personas que trabajan con productos químicos o en lugares en los que hay mucho polvo o para aquellas personas con poca producción de lágrima.
Cristina Martínez